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Entre mis metas siempre estuvo comprar un filtro purificador de agua para mi casa, de esos maravillosos que muestran en la TV. Sin embargo, cada vez que preguntaba por el precio, se me ponían los pelos de punta, y me quedo corta al describirlo de esta manera. Era una suma de dinero exorbitante. Un día, leyendo, descubrí que existían los préstamos personales de Moni, y no dejé pasar ni un día más para solicitarlo. Lo que fue un sueño durante largo rato, dejó de serlo y se convirtió en cuestión de días en una realidad. Con el préstamo personal de Moni pude tener el filtro purificador de agua que tanto quería, ese que no veía alcanzable ni posible. ¿Lo mejor de todo? No tuve que acudir a ninguna instancia bancaria ni pasar largas horas a la espera de una respuesta. Otra de las bondades que tiene pedir créditos personales  es que, además de ser sumamente expedito, es beneficioso a la larga, pues mientras más dinero le solicite, más me dará y siempre a tasa de interés fija...

Desde aquella oportunidad en la que un bajón de electricidad dañó por completo mi aire acondicionado, tomé la decisión de pedir un préstamo  personal  y logré contactar con un técnico que me lo reparó en la tarde siguiente. Fue la gloria, sentir que podía contar con ese gran apoyo para momentos complicados en los que el dinero no te alcanza para nada. Los préstamos personales habían sido parte importante de la vida de personas conocidas, pero yo nunca había accedido a solicitar alguno porque no me había visto en una necesidad real en la que me tomara desprevenido alguna situación sin un solo peso en el bolsillo. Y si algo les puedo decir es que en verano un aire acondicionado es casi tan importante como el agua, al menos para mí. Desde ese momento en el que el préstamo personal me dio la oportunidad de resolver mi embate sin comprometer en lo absoluto mi bolsillo me convertí en un fiel solicitante. Es que no hay desperdicio alguno, porque por donde se vea genera b...